Hemos cruzado el umbral de una pandemia que ha redefinido por completo nuestras rutinas laborales y formas de desplazarnos.
En este nuevo escenario, donde el costo de la energía y las tasas de interés están en constante ascenso, surge una conciencia cada vez más profunda sobre nuestro impacto en el medio ambiente.
Cada día, un número creciente de personas busca alternativas innovadoras, como el carsharing y las bicicletas eléctricas, para moverse de manera más sostenible.
La noción de justificar la posesión de un segundo automóvil se torna cada vez más esquiva, a medida que se acumulan razones para reconsiderar esa elección.
En este contexto, emerge con fuerza la opción de abrazar un compañero de viaje más ágil y eficiente: el patinete eléctrico.
En las siguientes líneas, exploraremos a fondo las ventajas que estos ingenios sobre ruedas, impulsados por baterías eléctricas, ofrecen en un mundo donde la movilidad inteligente se alza como la elección lógica y emocionante.
¿Qué me aporta un patinete eléctrico?
Los patinetes eléctricos son una alternativa popular para desplazarnos, tanto por economía como por sostenibilidad, sin embargo, existen diferentes tipos de batería para este tipo de vehículos que determinan su autonomía y vida útil.
Al montar un patinete eléctrico, no solo te sumerges en la sensación de libertad y rapidez, sino que también te conviertes en un actor activo en la búsqueda de soluciones sostenibles.
La elección de un patinete eléctrico alimentado por baterías es un paso hacia la reducción de emisiones y la minimización del impacto ambiental en comparación con los vehículos impulsados por combustibles fósiles.
Además, su economía de uso se traduce en ahorro de dinero a largo plazo, ya que los costos de carga son considerablemente inferiores a los de llenar un tanque de gasolina.
En el vertiginoso mundo de la movilidad actual, los patinetes eléctricos emergen como una opción de traslado que fusiona economía y sostenibilidad de manera excepcional.
Sin embargo, adentrarse en el universo de estos aparatos sobre ruedas nos revela un componente vital que impulsa su poderío: las baterías eléctricas.
¿Qué tipos de baterías puede tener mi patinete eléctrico?
Las baterías son el alma latente que impulsa a los patinetes eléctricos hacia adelante.
En este vasto universo energético, nos encontramos con diversos tipos de baterías, cada una con su propia personalidad en términos de autonomía y durabilidad.
Desde las clásicas baterías de plomo-ácido hasta las modernas baterías de iones de litio, cada opción aporta su propia esencia a la experiencia de desplazarse sobre un patinete eléctrico.
Además de la autonomía, la durabilidad es un factor crucial a considerar al elegir un patinete eléctrico. Las baterías desempeñan aquí un papel fundamental.
Dependiendo del modelo algunas baterías vendrán integradas o soldadas, lo cual facilita la interacción para la carga, pero limita la vida útil del vehículo.
En cambio, las baterías extraíbles si bien requieren un paso adicional para cargarlas, permiten poder cambiarlas cuando sea necesario.
Baterías de litio
Entre el abanico de opciones que dan vida a los patinetes eléctricos, las baterías de litio se alzan como las protagonistas indiscutibles.
Estas poderosas fuentes de energía no solo son las más utilizadas en este tipo de vehículos, sino que también ofrecen un conjunto de ventajas que hacen girar las ruedas de la innovación y la eficiencia.
Un cúmulo de eficiencia y durabilidad
Las baterías de litio se han ganado su lugar en el podio debido a su alta eficacia, peso reducido y una vida útil que rebasa las expectativas.
En términos de rendimiento, estas baterías son capaces de aprovechar cerca del 90% de su carga sin ceder ni una pizca de potencia de aceleración.
Sin embargo, es importante señalar que alcanzar velocidades máximas puede desencadenar una descarga acelerada debido a la intensidad requerida.
En cuanto a su longevidad, hay una gran variación dependiendo de la calidad de las celdas.
Las celdas de los patinetes asiáticos, rara vez alcanzan los 500 ciclos con un SoH80%, la mayoría cruzan ese umbral alrededor de los 300 ciclos reales, son celdas NMC de una baja calidad, con sistemas de gestión de la carga que dejan bastante que desear, y que normalmente trabajan en los 2-3C varias veces al día.
Las baterías de litio de los patinetes con celdas de NMC de mayor calidad, actualmente están ofreciendo entre 1500 y 3000 ciclos.
Esto se traduce en una duración estimada de 4 a 8 años, aunque esta ventana puede variar en función del estilo de uso y los cuidados dispensados.
La fórmula de potencia y autonomía
Las baterías de litio son sinónimo de potencia en movimiento y recargas exprés.
Con la capacidad de cargar por completo en tan solo dos o tres horas, estas baterías se alinean con la vida moderna y su ritmo vertiginoso.
Como hemos indicado anteriormente, aprovechan el 80% al 90% de su carga en uso, situándose en un rango de autonomía impresionante: entre 30 y 40 kilómetros.
Claro está, este alcance está sujeto al estilo de conducción y el peso del conductor, factores que pueden influir en el despliegue de kilómetros.
Eficiencia compacta
La batería de litio no solo se enorgullece de su potencia, sino también de su perfil ligero y su tamaño compacto.
Con un peso inferior a 5 kilogramos y un espacio mínimo ocupado en el dispositivo, estas baterías allanan el camino hacia una experiencia de viaje ágil y libre de obstáculos.
Larga vida, mayor recorrido
A medida que las ruedas siguen girando, las baterías de litio demuestran su tenacidad.
Un patinete eléctrico con esta batería puede disfrutar de una vida útil de alrededor de 10 años, superando la marca de 3,000 ciclos de carga.
En este juego de longevidad, las baterías de litio se convierten en un socio resistente y confiable para cada trayecto.
Un desafío a superar: El precio
No obstante, no todo es un paseo sin obstáculos.
Las baterías de litio presentan un reto en forma de precio elevado, con costos que pueden alcanzar los 400 euros.
Sin embargo, este desembolso inicial se ve contrarrestado por su duración extendida en comparación con otras opciones de batería.
Una inversión que se traduce en un futuro más inteligente y rentable a largo plazo.
Baterías de gel
Cuando hablamos de las entrañas que dan vida a los patinetes eléctricos, las baterías de gel merecen su lugar bajo los focos. Su momento de gloria.
Aunque presentan diferencias notables en comparación con las baterías de litio, estas opciones ofrecen su propio abanico de ventajas y consideraciones que vale la pena explorar.
El rendimiento en escena: Eficiencia y peso
En el juego energético, las baterías de gel presentan un rendimiento diferente al de sus contrapartes de litio.
Estas baterías son capaces de aprovechar alrededor del 65% de su carga antes de ver mermada su potencia.
Además, en términos de peso, las baterías de gel tienden a ser más pesadas, con una relación de 3 a 1 en comparación con las de litio.
Aunque esta característica puede generar ciertas limitaciones, también se traduce en una ventaja económica, lo que las convierte en una opción a considerar para trayectos más cortos y menos exigentes, donde la reducción de costos sea un factor clave.
El reloj de vida: Durabilidad y carga completa
La vida útil de las baterías de gel es una cuestión que merece atención.
Con una duración estimada de alrededor de 2 años, estas baterías presentan un comportamiento peculiar. A medida que las cargas no alcanzan el 100% de su capacidad, estas baterías van perdiendo su capacidad de almacenamiento, lo que puede afectar su rendimiento en el largo plazo.
La versatilidad voluminosa
Las baterías de gel se caracterizan por su robustez física.
Con un peso considerable de hasta 16 kg, estas baterías se erigen como compañeras que no pasan desapercibidas.
Su funcionamiento se basa en un voltaje más bajo, lo que implica que la potencia comienza a disminuir a partir del 65% de carga.
En cuanto a autonomía, se puede esperar que el dispositivo funcione en torno a 15 o 20 km en promedio.
El protocolo de carga: Paciencia y cuidado
Cargar las baterías de gel requiere una estrategia específica. Para mantener su integridad, es esencial realizar cargas completas al 100%.
Ignorar este paso puede perjudicar su funcionamiento y reducir su vida útil. El proceso de carga, en sí, suele tomar entre 5 y 6 horas.
Algo que, con una estación de intercambio de baterías se traduce en segundos.
Es decir, lo que tardes en cambiar la gastada por una cargada.
Los años que cuentan: Vida útil y ciclos de carga
La vida útil de estas baterías no solo depende de su historia de carga, sino que también tiene un límite estimado.
En promedio, se espera que estas baterías duren entre 2 y 4 años, equivalentes a unos 300 o 500 ciclos de carga.
¿Cómo puedo cuidar la batería de mi patinete eléctrico?
Como todo en la vida, cuidar y mimar tiene sus recompensas, y eso también aplica a la relación con la batería de tu patinete eléctrico.
A continuación, te presentamos consejos valiosos que te permitirán extender la vida útil y mantener la vitalidad de este corazón energético en óptimas condiciones.
Evita el abismo del 0%.
Si bien puede ser tentador exprimir hasta la última gota de energía, evitar alcanzar el 0% de carga en tu batería es una táctica inteligente.
Al mantener una reserva de energía, estás contribuyendo a un funcionamiento químico óptimo de los componentes internos de la batería. Las descargas totales, con el tiempo, pueden menguar la capacidad de almacenamiento, lo que impacta directamente en la longevidad de tu batería.
La magia del 100%: Carga completa, vida completa
La regla de oro es simple: carga siempre tu batería al 100%.
Al igual que evitar las descargas totales, completar las cargas es un paso fundamental para preservar la salud de tu batería.
Las cargas cortas o incompletas pueden generar estragos en la capacidad de almacenamiento y, en consecuencia, en la autonomía de tu patinete eléctrico.
Por esta razón, como indicábamos antes, siempre se recomienda que las baterías de litio nunca bajen al 0%. Es decir, si quieres que tu batería dure más, mantenla siempre entre la horquilla del 20% y el 80%.
De ahí, la importancia de las “cargas de oportunidad”. Nos referimos a cargar tu patinete siempre que puedas, por poco tiempo que sea. Diez minutos de carga siempre serán mejor que ninguno.
Y algo similar ocurre con las cargas de igualación, con las que conseguimos que la batería suba al 100% sin que esta pierda su capacidad de carga. Nos referimos a una prolongación de la recarga normal (por ejemplo de 1 a 3 horas más de lo habitual).
Por eso es tan importante asegúrarte de que cada vez que conectes tu patinete, el proceso de carga llegue hasta su punto máximo.
La clave está en los originales: Cargadores certificados
Cuando se trata de cargar tu compañero de aventuras eléctricas, no subestimes el poder de la autenticidad.
Opta siempre por utilizar cargadores originales o aquellos oficialmente certificados por la marca.
Los cargadores genéricos o de dudosa procedencia pueden alterar irremediablemente el delicado sistema electrónico de tu patinete, dejando cicatrices difíciles de reparar.
Descanso con sabiduría: El almacenamiento adecuado
Si tu patinete va a tomar un merecido descanso durante un período prolongado, prepáralo de manera adecuada.
Mantén la batería en un estado óptimo al almacenarla con un nivel de carga cercano al 50%.
Además, establece un recordatorio para recargarla hasta este nivel cada dos meses, siempre atendiendo a las indicaciones específicas del fabricante.
Consejos para optimizar la conducción
En el emocionante viaje de los patinetes eléctricos, tu papel como conductor es fundamental para extraer todo su potencial.
Aquí, desplegamos prácticas astutas que te permitirán afinar tu estilo de conducción y exprimir al máximo la autonomía de tu batería.
Sintonía con el terreno: Un viaje suave
La danza entre tu patinete y el camino es crucial.
Aprovechar al máximo las condiciones del terreno es un arte que rinde frutos.
Bien es cierto que no siempre podemos elegir la ruta más idónea y hay ocasiones en las que nos enfrentamos a superficies de conducción que no son, precisamente aptas para el manejo de un patinete (suelo adoquinado, superficies mal asfaltadas con baches, suelos mojados, bordillos demasiado elevados, etc). Más si cabe si nuestro patinete encima no dispone de suspensión o tenga las ruedas macizas.
Situaciones como estas pueden dañar y provocar fallos en las conexiones de las baterías.
Razones que hacen que el intercambio de baterías vaya ganando más importancia y peso en el día a día de quienes hacen uso de este medio de transporte ligero y sostenible.
En ese sentido, te sugerimos evitar aceleraciones bruscas al enfrentarte a pendientes.
Mantén una aceleración constante y uniforme, permitiendo que la batería y el motor trabajen en armonía para sortear los obstáculos naturales con elegancia.
La elegancia de la aceleración: La moderación es la clave
En el mundo de los patinetes eléctricos, la moderación es tu mejor aliada.
Evita la tentación de aceleraciones repentinas o de utilizar el máximo de potencia de manera habitual.
Mantén un toque suave en el acelerador, permitiendo que la energía fluya de manera controlada.
Esta técnica no solo preserva la vida de tu batería, sino que también asegura una experiencia de conducción más cómoda y segura.
El arte del frenado: Fluidez y control
Más que un simple freno, el frenado en los patinetes eléctricos es un arte.
Cuando la situación lo permita, en lugar de frenar bruscamente, opta por simplemente dejar de acelerar.
Esta técnica, conocida como frenado regenerativo o KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética), no solo prolonga la vida útil de tus frenos, sino que también optimiza el rendimiento de la batería al transformar la energía cinética en energía eléctrica.
La danza de la batería y el viento: Controla tu velocidad
A medida que recorres la ciudad en tu patinete, juega con la velocidad para optimizar la autonomía.
Evita mantener una velocidad constante máxima durante largos períodos, ya que esto puede ejercer más demanda en la batería.
En lugar de ello, alterna entre velocidades moderadas y superiores para lograr una combinación perfecta de rendimiento y alcance.
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