El tráfico urbano en Europa es un gran problema ambiental, ya que representa el 40% de las emisiones de CO2 del transporte por carretera y hasta el 70% de otros contaminantes.
A esto se suma la contaminación acústica, que afecta a alrededor de 100 millones de personas, de acuerdo con la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Frente a este escenario, la electromovilidad se presenta como una solución para reducir la contaminación urbana. En particular, las motocicletas y scooters eléctricos son una excelente opción para los viajes diarios en las ciudades.
No obstante, aún existe una percepción negativa sobre la autonomía de la batería y el rendimiento del vehículo, lo que frena la adopción generalizada de los vehículos eléctricos.
Para superar este obstáculo, es necesario desarrollar una infraestructura de carga interoperable que satisfaga las necesidades de los consumidores. El llamado “battery swapping”.
Estas estaciones estandarizadas podrían ubicarse en gasolineras, centros comerciales, estaciones de carga de vehículos y otros lugares públicos.
Y sí, serán incluso más fáciles de cambiar la carga que de repostar en una gasolinera común.
Además, los paquetes de baterías disponibles en estas estaciones se pueden utilizar en diferentes marcas y modelos de los miembros del consorcio, lo que significa que los usuarios de motocicletas eléctricas tendrán una mayor libertad para recargar sus vehículos.
En este contexto, SBMC sostiene que la infraestructura de carga interoperable es fundamental para superar la percepción negativa del público sobre la autonomía de la batería y el rendimiento del vehículo. De esta forma, se espera que la adopción de los vehículos eléctricos aumente y que se logre reducir la contaminación urbana.
Además, las motocicletas eléctricas no solo son beneficiosas para el medio ambiente, sino que también ofrecen ventajas para los usuarios, como costos de mantenimiento más bajos y un menor costo por kilómetro recorrido. Esto las convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan una alternativa más sostenible y económica para desplazarse en las ciudades.
En la actualidad, el mercado de las motocicletas eléctricas está en constante crecimiento, con muchos fabricantes que ofrecen una amplia gama de modelos para satisfacer las necesidades de los consumidores. A medida que la tecnología avanza, se espera que la autonomía de las baterías y el rendimiento de los vehículos eléctricos sigan mejorando, lo que aumentará aún más su atractivo para los consumidores.
Además, la electromovilidad se presenta como una solución para reducir la dependencia del petróleo y mejorar la seguridad energética. Al utilizar energías renovables, como la energía solar, para cargar las estaciones de carga de las baterías de los vehículos eléctricos, se reduce la dependencia de los combustibles fósiles importados y se fomenta la adopción de fuentes de energía más sostenibles.
Otra ventaja de la electromovilidad es su capacidad para mejorar la calidad del aire. Los vehículos eléctricos no emiten gases de escape nocivos.
¿Qué supone eso? Se reduce la contaminación del aire y mejora la calidad de vida de las personas que viven y trabajan en las ciudades.
Además, las motocicletas eléctricas son ideales para su uso en zonas urbanas, donde el tráfico y el estacionamiento pueden ser un desafío. Al ser más compactas que los vehículos convencionales, las motocicletas eléctricas son más fáciles de maniobrar en el tráfico y ocupan menos espacio al estacionar, lo que las hace ideales para su uso en ciudades con alta densidad de población.
Sin embargo, para que la electromovilidad se convierta en una opción viable para un mayor número de personas, es necesario seguir trabajando en el desarrollo de una infraestructura de carga interoperable y accesible.
Y ya os aseguramos que desde Smobery lo estamos haciendo.
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