Movilidad compartida: Una nueva forma de desplazarse en la ciudad

En las urbes, la movilidad compartida ha revolucionado la manera en que nos movemos.

Esta innovadora forma de desplazamiento nos ofrece el alquiler de vehículos eléctricos o híbridos a través de plataformas en línea. 

Nos permite reservar bicicletas, patinetes, motos y coches que son utilizados por varias personas a lo largo del día en distintos trayectos.

Hace que la movilidad sostenible sea una realidad. 

Y es que, cada vez más personas optan por estos servicios de transporte compartido para moverse por ciudades como Valencia, Barcelona o Madrid, evitando así los problemas de congestión vehicular y la dificultad de encontrar estacionamiento.

Para contratar estos servicios, basta con utilizar una aplicación móvil donde los usuarios deben registrar sus datos personales y su licencia de conducir. 

Una vez que la compañía valida los documentos, puedes contratar los servicios de manera sencilla. Solo hay que ingresar a la aplicación, ubicar el vehículo deseado (coche, moto o patinete) y reservarlo. 

Tan simple como eso. 

¿Cómo siendo así de fácil no iba a ser un éxito?

Aunque estos servicios suelen cubrir únicamente la movilidad dentro de una gran ciudad, algunos ya empiezan a permitir desplazarse incluso entre varias ciudades, como es el caso de la comunidad de Madrid, o realizar viajes fuera de la ciudad durante los fines de semana.

Como seguramente sepas, ya que lo más seguro es que ya hayas hecho uso de estos servicios, el pago se basa generalmente en el tiempo de uso o en los kilómetros recorridos, ofreciendo a los usuarios flexibilidad y comodidad.

¿POR QUÉ ES UNA OPCIÓN LÓGICA Y DÓNDE ES MÁS POPULAR?

La creciente popularidad de la movilidad compartida se debe en gran medida a su conveniencia y a los beneficios que ofrece. 

Según el informe European Shared Mobility Index, la posibilidad de acceder a zonas de bajas emisiones (ZBE), estacionar sin problemas en el destino o evitar el pago de la zona de estacionamiento regulado explican en gran medida su éxito. 

Porque, ¿quién no se ha tirado alguna vez demasiado tiempo intentando aparcar? ¿O incluso se ha vuelto por dónde venía por la imposibilidad de estacionar el vehículo?

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la popularidad y los patrones de uso varían significativamente en cada país y ciudad, principalmente debido a las regulaciones específicas de cada Ayuntamiento.

Por ejemplo, en Amsterdam o Valencia, las bicicletas compartidas son muy populares. 

En ciudades como Madrid o Barcelona, el uso compartido de motos es el que más éxito tiene.

LOS USUARIOS DE LA MOVILIDAD COMPARTIDA

Los principales usuarios de la movilidad compartida son los jóvenes urbanitas. 

Algo normal teniendo en cuenta que nacieron en un mundo que ya era digital. 

Piden la comida a través del móvil. 

Encuentran pareja a través de aplicaciones móviles. 

¿Cómo no van a moverse haciendo uso de una APP?

Su compromiso con el medio ambiente y las limitaciones económicas que enfrentan explican el auge de esta economía colaborativa basada en nuevas tecnologías, donde se comparten, alquilan o adquieren bienes y servicios según necesidades específicas.

Es importante destacar que el automóvil ya no se ve como una posesión indispensable, sino como un servicio que los jóvenes utilizan solo cuando lo necesitan. 

Hace años, tener un vehículo era un símbolo de status. 

Ahora es casi un problema. Un inconveniente.

Para que te hagas una idea, en la última década, el número de jóvenes de entre 18 y 25 años que obtuvieron el permiso de conducir ha disminuido en más del 40%, según datos de la DGT.

LA TECNOLOGÍA COMO PRINCIPAL ALIADA

Los expertos coinciden en que las nuevas tecnologías desempeñarán un papel fundamental en la consolidación de la movilidad compartida en las grandes ciudades. 

A través de una aplicación móvil, estas tecnologías están al alcance de nuestras manos y se están volviendo cada vez más multimodales, lo que significa que un mismo proveedor puede ofrecer diferentes tipos de vehículos compartidos.

Gracias a la inteligencia artificial (IA) y al Internet de las cosas (IoT), a día de hoy es posible monitorear el estado de las baterías de los vehículos o localizarlos a través del sistema de posicionamiento global (GPS) para facilitar su estacionamiento y su posterior uso compartido.

LOS RETOS DE LA MOVILIDAD COMPARTIDA

A pesar de sus numerosas ventajas, existen desafíos que deben superarse para que la movilidad compartida funcione de manera óptima y se convierta en una opción común. 

Uno de ellos es el tema del estacionamiento. 

Se plantea la necesidad de contar con espacios de estacionamiento exclusivos para los vehículos compartidos, evitando así que ocupen plazas destinadas a los vehículos convencionales. 

Imma Ribas, profesora e investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de la UPC, sugiere la creación de aparcamientos dedicados para estos vehículos.

Además, es fundamental aumentar la disponibilidad de puntos de recarga para los vehículos eléctricos, lo cual generaría mayor confianza en su uso por parte de los usuarios. 

Razón por la que desde Smobery trabajamos día a día para ofrecer una solución viable a tal problema.

Al proporcionar incentivos como puntos de recarga eléctrica y mayor disponibilidad de espacios de estacionamiento, los conductores podrían empezar a considerar la opción de utilizar vehículos compartidos en lugar de poseer uno propio. 

Es importante tener en cuenta que la mayoría de los automóviles particulares pasan aproximadamente el 95% de su vida útil estacionados, según Ribas.

Por otro lado, el transporte público debe mejorar su eficiencia en términos de tiempo y cobertura. Sin embargo, en áreas donde el transporte público no pueda cumplir con esos requisitos, la movilidad compartida puede ser una alternativa viable, según explica Ribas.

Una vez que se superen estos desafíos, está claro que la movilidad compartida puede convertirse en una excelente opción para desplazarse por las grandes ciudades, evitando los atascos y embotellamientos en horas punta y optimizando la movilidad dentro de las áreas urbanas.

Es evidente que la movilidad compartida ha llegado para quedarse y formará parte de un conjunto de soluciones que contribuirán a reducir las emisiones del sector del transporte, ofreciendo espacio para diversas tecnologías. 

Y sí. Podéis estar seguros de que Smobery estará en primera fila. No solo para verlo, sino también para aportar su granito de arena. 

En el futuro de la movilidad, habrá lugar para el “carsharing”, para “motosharing” y para la movilidad compartida, pero también para energías como la electricidad (especialmente en vehículos turísticos), los combustibles gaseosos (como el GNL en camiones y vehículos pesados), el hidrógeno y los combustibles de baja huella de carbono.

La clave está en permitir que cada persona elija la opción que mejor se adapte a sus necesidades a la hora de desplazarse.

¿Y tú? ¿Ya has decidido cuál es la tuya?

2560 1707 Okisam

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